Blood Pressure in Postmenopausal Women

Presión arterial en mujeres posmenopáusicas

La presión arterial alta (hipertensión) es más predominante en mujeres posmenopáusicas que envejecen que en hombres de la misma edad. La hipertensión en mujeres posmenopáusicas es causada por muchos factores que incluyen la alteración de los niveles de estrógeno, la acumulación o redistribución de grasa, el cambio en la actividad de la renina y otras proteínas. La hipertensión es un factor de riesgo importante de muchas series de implicaciones que incluyen enfermedades cardíacas, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. Además, puede afectar las arterias periféricas y las capacidades mentales. Por lo tanto, es importante controlarlo regularmente después de la menopausia para detectar sus síntomas ocultos, ya que se lo conoce como el "asesino silencioso". ¡Pero no entres en pánico! Hay algunas formas de controlar la presión arterial durante este período de la vida de la mujer.

La presión arterial es la fuerza que utiliza nuestro corazón para bombear sangre y oxígeno por todo el cuerpo. Para obtener más detalles, consulte nuestra publicación sobre: ​​“ ¿Qué es la presión arterial y cómo la afecta su estilo de vida? ”.

La hipertensión ha mostrado una mayor incidencia en las mujeres posmenopáusicas que en las premenopáusicas. En todo el mundo, el 41% de las mujeres experimentan hipertensión después de la menopausia (ref: Instituto Nacional de Salud). Este hecho ha arrojado más luz sobre el valioso efecto potencial de las hormonas sexuales en el sistema cardiovascular. El estrógeno es una de las hormonas más afectadas por la menopausia. Sin embargo, se demostró en 2006 que las mujeres que toman Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) tienen un riesgo ligeramente menor de tener presión arterial alta.

El envejecimiento posmenopáusico ha demostrado un papel en el aumento de la actividad de la renina plasmática, que se supone que es un mecanismo natural que utiliza el cuerpo para elevar la presión arterial cuando es necesario. Además, la secreción crónica de esta proteína da como resultado el aumento de otra potente proteína de vasoconstricción llamada endotelina. Esta proteína se ha detectado en mujeres posmenopáusicas y parece que también eleva la presión arterial.

Además, se encontró que la obesidad afecta al 40% de las mujeres posmenopáusicas (ref: Instituto Nacional de Salud). La obesidad es una de las características del grupo conocido como "síndrome metabólico" que puede afectar la presión arterial. Se ha demostrado que incluso cuando no hay aumento de peso, la redistribución de la grasa todavía ocurre en mujeres después de la menopausia, aumentando la masa grasa en el área abdominal en lugar de la región subcutánea de la cadera, lo que también se ha asociado con una mayor incidencia de enfermedades del corazón. Además, la presencia de una o más de las características del síndrome metabólico con diabetes aumenta significativamente el riesgo de enfermedad cardíaca.

Se recomienda que las mujeres después de la menopausia presten más atención a su presión arterial, ya que tiene múltiples etiologías y puede dar lugar a múltiples complicaciones. Aunque es más probable que las mujeres se adhieran a sus medicamentos que los hombres, parecen ser más susceptibles a la hipertensión. Por lo tanto, las mujeres posmenopáusicas mayores deben tener un cuidado aún mayor cuando se trata de su salud cardiovascular, manteniendo su presión arterial bajo control y adoptar un estilo de vida saludable que pueda minimizar tales riesgos. La identificación temprana de los riesgos es un elemento crucial y muy valioso en el camino hacia una vida posmenopáusica saludable. Como tal, se recomienda encarecidamente realizar controles periódicos de la presión arterial e identificar su factor de riesgo.

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